8.10.10

Caracoles insomnes

Abigail Rodriguez Contreras


Quise conjugarte tres veces de distintas formas, para ver si de a poco, las alteraciones más minúsculas de tu arquitectura encallaran fuerte en la árena pálida de tus piernas. Con la prueba quise comprobar la impertinencia de no ceder ante el impulso furioso de la salina fuerza que descubre y retuerce los tejidos desprotegidos de las cáscaras que todas las defensas han dejado horadadas en mi carne.

Inestables del legado caparazón de amor y otras fuerzas inexplorables, yo me rehuso a debilitar mis fuerzas, a vaciarme toda. Ofrecerme hielo a la sal, para unirme fuerte a ella y con un hilo delgado que nos une, yo decido cortar las uniones, aunque me descubra después desarmada, con una caricia de mi propia mano que me cura.

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